En la sencillez y rusticidad nació una luz.

 

Moebious

 

Para el Músico

Sonidos, voces, expresiones….
pero por sobretodo hay música…
pero no viene de parlantes
sino que está frente a ti, sintiendo que es para ti.
Oir y de pronto darte cuenta que existe un sonido maravilloso

Como ver a una asesina embarazada…
asi es ver a un mal hombre haciendo música.
No sé si malo, no sé si bueno..
pero en ése momento es celestial.
….una de las pocas magias que conozco.

Por un segundo sientes incluso amor…
no por él,
sino simplemente lo sientes.
Hasta el punto de poder afirmar estar enamorada.

En aquel momento quieres estar con él…
¿con quién?
no importa, no existe…es sólo la necesidad de compartir el deleite…
porque la felicidad no es tal si no es compartida.

Asi pasa también con lugares…
y esa ráfaga escalofriante….
asi pasa con el calor del sol
asi pasa con el verde oscuro, con el frio, con el olor de la naturaleza.

Sensaciones que brotan del arte
de lo material, de lo terrenal….
de los detalles…
No de las personas mismas…
Egoistamente es fabricarse amor para uno mismo
…inconcientemente.

Sensaciones que brotan de momentos,
aunque nunca hayan sido…
la fotografía de la mente los inmortaliza…
ahí se quedan, en la mente….

Así es ver a un hombre haciendo música…

 

Apokathastasis

ahora me ahogo en La Luz

¿de dónde vienen estas visiones?
de mí desnudo, dibujando cifras en la arena
letras y signos nunca conocidos por mí

soy yo de nuevo, haciendo esculturas de hielo
que se funeden bajo el ligero toque de mis labios
(soy) impotente creador del frías formas sin vida

el resplandor de tu mundo en llamas se refleja en mis ojos
ahora baño mi espada en la caliente sangre de infantes
ahora mato todo lo que alguna vez has amado
¡el mundo explota cuando despierto!

casado con La Luz
copulo con el sol

ahora mi cuerpo se transforma en estrella
ahora la estrella se vuelve mi alma
ahora mi alma se traga al mundo
ahora mi mundo interior se vuelve El Dios

Yo soy El Esqueleto del Universo
Yo soy El Padre de todos
Yo soy La Fuerza
Luz (LUX OCCULTA)

 

Navaja de Ockham

Se utiliza fundamentalmente como complemento de las leyes de la lógica, con el fin de evitar el pensamiento mágico. El pensamiento mágico es una forma de pensar y razonar que genera opiniones carentes de fundamentación lógica robusta o estricta. En psicología y ciencia cognitiva es un raciocinio causal no-científico; por ejemplo, la superstición. Según el principio de la navaja, siempre que se encuentren varias explicaciones a un fenómeno, se debe escoger la más sencilla que lo explique por completo. Por ejemplo, para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:

1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el pedúnculo por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
3. Una tormenta a su paso tiró la manzana.

Todas estas alternativas (no) explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental (solo las dos últimas), pero el criterio de Ockham nos obliga a escoger la segunda como la más probable, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.

 

un buen dormir…

 

Señales de Ruta del Poeta Juan Luis Martinez, documental de Tevo Díaz…

Señales de Ruta del Poeta Juan Luis Martinez, documental de Tevo Díaz…

 

Intro

Siempre seguí el Uno….un día disparatado quize seguir el Otro…
Ninguno de los dos era correcto….mmm…

Lanzo una moneda al aire….y cae de canto…grr!

la soplo y veo que pasa???…o la dejo inmóvil e inestable??

Así voy, asi estoy hoy…al azar…ke no me dice nada…ke no me lleva a nada..

 

Chimbombo

El tiempo me tiene cagao, así que decidí dármelas de publicista y empezé por crear el bosquejo de la nueva campaña publicitaria para el chimbombo. Yo cacho que hay que grabarlo y hacer una película, para eso hay que pedirle plata al gobierno. y quea perfect.

Campaña del Chimbombo.

 

El Derecho de Soñar – Eduardo Galeano